Terrores nocturnos en adultos

Los terrores nocturnos en adultos son más comunes de lo que muchos se imaginan. Generalmente se localizan en niños, pero cada vez más población adulta los padece. Tanto nuestros psicólogos en Madrid como nuestros psicólogos en Móstoles tratan a pacientes que sufren este tipo de sintomatología.

Quizá padezcas terrores nocturnos pero no sabes bien qué son, cuáles son sus síntomas… O tal vez, alguna persona de tu entorno cercano los sufra. Sea como sea, vamos a explicarte todo sobre los terrores nocturnos en adultos.

 

¿Qué son los terrores nocturnos?

Para definir los terrores nocturnos, lo primero que debemos hacer es distinguirlos de las pesadillas, y es que no son lo mismo. Cuando se trata de pesadillas, en estas se llega a un nivel de angustia que te obliga a despertar y, si hay alguien cerca, se busca su apoyo y que te ayude a tranquilizarte y entender que solo ha sido una pesadilla.

terrores nocturnos en adultos

Cuando hablamos de terrores nocturnos, ya sea en adultos o en niños, el sujeto suele gritar, llorar, tener los ojos abiertos con expresión de pánico, pero, aunque parece despierto, nunca es del todo consciente de lo que le está pasando. Además, cuando la persona que está a su lado trata de calmarlo, no admite el contacto físico, como un abrazo, sino que rechaza físicamente al que está tratando de ayudarle y vuelve a caer en el sueño cuando ceden los gritos y el llanto.

Suele ocurrir que, en el caso de la pesadilla, el sujeto recuerda al día siguiente que la ha tenido, pero, por el contrario, la persona que ha sufrido un terror nocturno muy rara vez lo recuerda, como tampoco recuerda haber estado despierto gritando o haber rechazado el abrazo.

 

Causas de terrores nocturnos en adultos

Los terrores nocturnos en adultos no son muy diferentes a los que sufren los niños, y, desde el punto de vista médico, se suele relacionar su aparición con problemas de apnea o respiratorios de origen diverso.

No obstante, dada la similitud entre las manifestaciones en ambas edades, habría que plantearse que el origen de los mismos no es muy diferente en unos y otros. En los niños puede estar relacionado con dificultades de adaptación al colegio o a la vivencia de ciertos niveles de ansiedad por dificultades en los vínculos afectivos o de apego, o por estar sufriendo rechazo por parte de otros niños.

síntomas de terrores nocturnos

En el caso de los terrores nocturnos en los adultos, tampoco se podría descartar que se produzcan cuando el sujeto sufre estrés o ansiedad, otras veces depresión, por conflictos laborales sin indicios de resolución o por dificultades en sus relaciones personales para las que, muchas veces, no hay una comprensión o conciencia clara de su existencia.

Quizás lo que suele ser más frecuente es esto último: un adulto puede tener situaciones que le estén generando malestar psíquico, pero no es plenamente consciente de ello. En esos casos puede ocurrir que ese malestar del que no se toma conciencia aparezca por las noches, durante el sueño en forma de esos terrores nocturnos.

 

¿Cuáles son los síntomas de terrores nocturnos en adultos?

Los síntomas de terrores nocturnos en adultos son similares a los de los niños. Podemos enumerarlos en los siguientes puntos:

  • Gritos atemorizantes
  • Cambiar de posición de manera brusca, llegando incluso a sentarse en la cama
  • Abrir los ojos, a pesar de seguir dormido/a
  • Palpitaciones
  • Transpiraciones
  • Dificultad para ser despertado/a
  • Dificultad para ser consolado/a
  • No tener recuerdos a la mañana siguiente de lo sucedido

 

Terrores nocturnos en adultos: tratamiento

El tratamiento de los terrores nocturnos en adultos se enfoca, como alivio inicial, desde la mejora de la higiene o el modo en que se afronta el sueño. Para esto hay varias técnicas:

  • Regular los horarios
  • Evitar los disruptores de sueño
  • Relajarse, bien sea haciendo ejercicio, meditando…

Desde Psicoley, nuestros psicólogos en Madrid y Móstoles tratan de ayudar al sujeto a entender su estado psicológico y afectivo para tratar de entender y poner solución a lo que está alterando su tiempo de descanso.

Será necesario hacer tomar conciencia al paciente de aquello que, a pesar de estar generándole malestar en los terrores nocturnos, no ha podido hasta ese momento localizar y entender como origen de esos terrores.

 

 

A veces basta una primera aceptación de que algo no marcha bien en su vida para que se produzca la desaparición o disminución en la frecuencia de esos terrores. Suele tener que ver con estresores que se mantienen durante demasiado tiempo, reacciones de ansiedad a algún suceso grave o traumático, o un estado de ánimo deprimido al que no se le encuentra una razón.

En general, cuando se da solución a las situaciones que más tensión generaban en el sujeto, desaparecen simultáneamente los terrores nocturnos.

 
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Solución

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Recuperación

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